miércoles, 29 de julio de 2015

Dora Bruder (Patrick Modiano)

Dora Bruder
Patrick Modiano
1997
Seix Barral
Biblioteca Formentor
Traducción: Marina Pino


El 7 de diciembre del 2014  a las 17:30  de la tarde un emocionado Patrick Modiano pronunciaba el tradicional discurso de aceptación del premio Nobel de Literatura en el Salón de la Bolsa de la Academia Sueca en Estocolmo. El hermoso salón dorado, decorado con estatuas blancas e impresionantes arañas de cristal, lucía repleto.

Las primeras palabras del escritor francés fueron:

Quiero decirles que estoy muy contento de estar con ustedes. Estoy conmovido porque me han otorgado el Premio Nobel de Literatura. Es la primera vez que hablo ante un público tan numeroso, y estoy temblando un poco.

Sin embargo, a pesar de su timidez crónica, Modiano pronunció un lúcido discurso en el que habló de lo que significa la literatura para un hijo de la post guerra y del papel del lector en la dinámica interminable de la expresión escrita.

En uno de los pasajes del discurso, el ganador del Premio Nobel de Literatura 2014, refiriéndose a las dudas que asaltan al escritor  en medio de una obra, dijo:

Es como estar al volante por la noche en invierno y seguir manejando en medio de la bruma y la nieve, sin visibilidad. Usted no tiene otra opción, no se puede dar marcha atrás. Debe seguir avanzando por el camino diciéndose que con el tiempo será más seguro y la niebla se disipará.

Patrick Modiano sabía bien de qué hablaba. “Dora Bruder”, su fabulosa obra, refleja en sus 127 páginas esa apuesta por lo desconocido, esa necesidad irreprimible por continuar a pesar de la incertidumbre y esa imposibilidad absoluta para detenerse, para claudicar.

La lectura casual de un aviso en un viejo ejemplar de 1942 del periódico Paris-Soir dio inicio a una aventura dolorosa, llena de dificultades, luchando contra el olvido.

París
Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1.55 m, rostro ovalado, ojos gris- marrón, abrigo sport gris, pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París.

Modiano reconoció en el viejo aviso lugares que había recorrido con frecuencia al lado de su madre en el pasado. Y detectó en el tono trágico del anuncio el desamparo de toda una generación. Luego de ello ya no podrá dar marcha atrás, la necesidad de reconstruir esa biografía y a través de ella, de forma simbólica, la de toda una época, lo llevará a través de una estremecedora aventura contra el olvido confrontándose paso a paso con el dolor y la barbarie de una época infame.

Reconstruir la biografía de Dora, especialmente la de los días entre la fuga del internado y la aparición de su nombre en una lista de internos en el campo de concentración de Auschwitz significará para el autor un esfuerzo descomunal no solo desde el punto de vista físico, sino además y sobre todo desde la óptica moral. Los datos que quedan disponibles son escasos, las pistas con que se cuenta insuficientes, la disponibilidad de algunos testigos para recordar los hechos casi nula. Como avanzar en medio de la bruma, sin visibilidad.

Pero es menester seguir adelante. Modiano siente una necesidad  imperativa por conseguir respuestas. Por Dora, por su propio padre, por todos aquellos que por una infamia lo perdieron todo, pero además por él mismo.

El libro completo refleja el esfuerzo del autor por rescatar esa historia del olvido. Con magistral cálculo va construyendo una obra de una precisión casi quirúrgica y de una trascendencia histórica inmensa.

Al final, y a pesar de los pocos datos concretos que se logra recuperar, la obra constituye un manifiesto en contra del olvido y una promesa hacia las víctimas de que la barbarie no se repetirá.

Como corolario, un párrafo final monumental, que por obvias razones, basadas en el respeto al lector, no reproduciremos en esta reseña.

Nada más por decir.


‘Dora Bruder’ es un libro que debe ser leído. 


viernes, 24 de julio de 2015

¿Por qué no hay socialismo en los EE.UU.? (Werner Sombart)

¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?
Werner Sombart
1906
Traducción: Christine Loffler y Javier Noya Miranda

Es prácticamente imposible encontrar un ser humano maduro intelectualmente que  no tenga una postura definida sobre los Estados Unidos y la influencia de este colosal país sobre el destino del resto de la humanidad.   Las opiniones suelen ser extremadamente opuestas pero son siempre apasionadas y plagadas de argumentos muy elocuentes y en algunos casos demasiado inflamados.

En un caso como este y en cualquier otro, el intento por ofrecer al lector un análisis objetivo, desapasionado e imparcial del tema es, desde ya, una virtud que se debe reconocer y aplaudir. Werner Sombart, economista y sociólogo alemán, definitivamente posee esta virtud y hace gala de ella en este interesante libro.

Partiendo desde una posición marxista, Sombart fue migrando con los años hacia posiciones menos extremas. El dedicar su vida entera al estudio de las grandes tendencias socio económicas lo fue equipando de la objetividad y serenidad que solo alcanzan aquellos que se involucran sin reparos y directamente en la materia de estudio. Su obra “¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?”, publicada en 1906, es sin duda un material de referencia indispensable para entender a la sociedad americana y para encontrar algunas explicaciones del porqué este país ha sido hasta hoy inmune a las fiebres del socialismo y el colectivismo. Padecimientos que han sufrido, prácticamente, todos los demás países del mundo en mayor o menor medida.

Sombart esgrime en su obra un conjunto de razones que responderían esta inquietante pregunta. Algunas de las cuales resultan ser interesantes, desafiantes y hasta turbadoras.

Se empieza con un análisis peculiar de la sociedad y la mentalidad americana.

Si es al éxito al que dirige sus plegarias el americano, su esfuerzo se dirigirá siempre y en todo lugar a llevar una vida acorde con la voluntad de ese dios.

El éxito significa para el norteamericano medio, en primer lugar, llegar a ser rico.

Su máxima fundamental es vivir y dejar vivir.

Para luego analizar despiadadamente a los dos grandes partidos.

… hay que añadir que la maquinaria política está desde hace años en manos de partidos bien acomodados. Por lo tanto, las dificultades para un partido nuevo son dobles…

Se trata de un procedimiento comprobado que los partidos en el gobierno están empleando desde hace muchos años con gran éxito: “desactivar” a los líderes laboralistas otorgándoles un cargo bien remunerado.

Al norteamericano le es insoportable la idea de pertenecer a un partido que sale una y otra vez de las urnas con unas cifras minúsculas de votos…  

Si hace falta, incluso aúnan esfuerzos por un tiempo para poder eliminar a unos competidores atrevidos.

Tienen este monopolio ya que son los grandes partidos y son los grandes partidos, ya que tienen este monopolio.

Es ahora cuando es más clara la falta total de principios de ambos grandes partidos.

…no será posible hoy día encontrar una orientación de clase determinada en los dos grandes partidos de Norteamérica.

Analiza también la estructura estatal que aunque en muchos casos de manera ficticia, refuerza la idea de soberanía del ciudadano.

Es una particularidad del ciudadano norteamericano… el ver en la Constitución de su país una especie de revelación divina…

… la Constitución entera está cimentada en la soberanía del pueblo…

Así nace en cada individuo un sentimiento de poder ilimitado; por muy imaginario que sea, en su conciencia es una realidad indudable.

La mayor parte de las veces, el ciudadano no mueve ni un dedo para eliminar las situaciones de dominio en la vida pública, pero, a pesar de esto, vive en la firme convicción de que con solo desearlo puede ponerle fin.

Para concluir con un análisis del trabajador y su relación con el empresario.

En los Estados Unidos el trabajador tiene subjetivamente el pleno derecho a ufanarse y decir con la cabeza bien alta: civis americanus sum.

El roastbeef y la tarta de manzana acabaron con todas las utopías socialistas.

… el empresario se esforzaba mucho en comportarse de forma educada y amable con el trabajador, ya que en un principio no se disponía de suficiente mano de obra.

Uno de los más brillantes méritos del carácter diplomático del empresario norteamericano es el de mantener de buen humor a sus trabajadores a pesar de toda la explotación real.

Queda mucho más por comentar sobre esta obra, pero considero que lo fundamental es recomendarla. 

Surgirán sin duda las voces que alerten que es una obra de hace más de un siglo atrás y que dudarán por ello de su validez. Considero que esta es más bien una virtud adicional del libro, pues podremos analizar las páginas de una obra que desmenuza con más cernía los orígenes de la sociedad Americana.

El único gran error del autor, es el presagio que deja en el último párrafo de su obra:

Mi visión actual vendría a ser ésta: todos los elementos que hasta hoy han retrasado el desarrollo del socialismo en los Estados Unidos están en vísperas de desaparecer o de convertirse en su contrario, de manera que, según todos los indicios, el socialismo en los Estados Unidos va a tener su auge plenamente en la próxima generación.

Queda claro pues que Sombart fue un gran economista y sociólogo, pero que la previsión del futuro era una materia que no le sonreía.

Más que para leerlo, “¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?” es un gran libro para estudiarlo y analizarlo.



viernes, 17 de julio de 2015

La soledad de los números primos (Paolo Giordano)


La soledad de los números primos
Paolo Giordano
2010
Editorial Salamadra

Resultado de imagen para la soledad de los numeros primosMichaela lo miraba con expresión seria y no contestó, porque nada podía contestar. Tampoco dio muestras de haber comprendido, pero sus ojos se avivaron un instante, y durante el resto de su vida Mattia pensaría que aquellos eran los ojos del miedo.
¿Qué? ¿Y que sigue?...

Fue allí donde termina la muestra del libro en formato electrónico en iTunes... y luego de 22 páginas en donde Paolo Giordano nos introduce a los dos personajes principales de su soberbio libro, era imposible no continuar con la lectura. Tarjeta de crédito y zas!... y ha sido una grata sorpresa.

Giordano es un físico teórico y estos no suelen escribir novelas (y menos un título ganador del premio Strega al mejor titulo en idioma italiano). El nombre del título es bastante sugerente, así como la fotografía de la portada.

Alice y Mattia son dos personas quebradas (física y emocionalmente) que Giordano compara con los números primos gemelos, números diferentes a todos los demás y que nunca pueden ir juntos ya que siempre hay un número par entre ellos (3 y 5, 7 y 9...). Al igual que sus pares numéricos, Alice y Mattia no pueden estar juntos y es la soledad su compañía perpetua. El libro esta cargado de melancolía, de sentimientos de abandono pero sobre todo esta escrito con un lenguaje muy emotivo. Giordano sabe expresar las emociones de sus personajes, es un buen observador de las manifestaciones del corazón pero sobre todo es un ágil narrador.

El libro transcurre fácilmente, segmentado en breves capítulos que van adentrándonos en la vida de Alice y Mattía, desde su niñez hasta su vida adulta. La primera mitad del libro es la mejor lograda ya que sus sentimientos de adolescencia son más frescos y expresivos. Muchos lectores se han enganchado tanto al libro que le han reclamado al autor que hay líneas argumentales que quedan sin respuesta. Es cierto, pero es parte del mensaje del libro: en la vida, muchas cosas siempre quedan por decir.

Giordano nos hace llorar, reír y sobre todo sufrir con sus personajes. Logra transmitir sus vacíos y ausencias, y sobre todo nos transmite la nostalgia de una vida que pudo ser, un sentimiento que todo en el fondo hemos expresado en alguna oportunidad.

Pocas veces he leído las primeras páginas de un libro y no he podido soltarlo hasta terminarlo y hace mucho tiempo que no recomiendo una novela con tanta intensidad. La mayor parte de mis lecturas versan en temas científicos, divulgación, ensayos o matemática, y esta última es la razón por la que me llamó la atención la novela y no es poca cosa esperar un libro de matemática y terminar leyendo una novela que uno termina recomendando.

¿Has leído este libro?  ¿Crees que Paolo Giordano es un nuevo Milan Kundera? Habrá que echar un vistazo a El Cuerpo Humano, el siguiente libro del mismo autor y ver si me vuelve a sorprender.

martes, 14 de julio de 2015

Cándido (Voltaire)

Cándido o El optimismo
François Marie Arouet (Voltaire)
Editorial Universidad Veracruzana
2010, Biblioteca del universitario



François Marie Arouet es el nombre verdadero de uno de los personajes más representativos de la ilustración Francesa y uno de los intelectuales más provocadores de la historia. Durante casi toda su vida pública, fue conocido como Voltaire y es bajo ese seudónimo que firmaría la mayor parte de sus obras.

Desde el principio de su vida pública tuvo serios problemas con la autoridad y la iglesia debido a su espíritu contestatario. Su fina pluma se convirtió en una daga peligrosa que en forma de sátira blandía a diestra y siniestra. Esto le valió varias visitas al famoso reclusorio de la Vastilla luego de uno de las cuales, siendo aún muy joven, fue desterrado a Gran Bretaña.

Es en la Gran Bretaña de los tiempos de la ilustración, una ciudad y una época en la que la tolerancia religiosa y de pensamiento reinaban, que se empezará a construir la intelectualidad, la personalidad y el genio del gran filósofo y escritor.

Todo lo demás es ya parte de la leyenda: que es probablemente la figura estelar de la ilustración, que es el autor más renombrado de la gran enciclopedia, que es el padre del pensamiento moderno. Que fue excesivamente hedonista, por su gusto por las mujeres y la buena mesa y que fue uno de los hombres más acaudalados de la Europa de su tiempo.

Lo cierto es que Voltaire se constituyó en el primer ejemplo del filósofo total y del intelectual comprometido con su época cuyas principales banderas serían la lucha por los derechos individuales y la pluralidad religiosa, el rechazo absoluto a la intolerancia y el derecho inalienable a la libertad.

Cándido, publicado en 1759, es la obra de un hombre maduro que expone en esta breve pero contundente sátira toda su experiencia vital. El personaje central, un inocente y joven optimista, lucha por alcanzar la felicidad y la plenitud aferrándose al precepto de que vivimos en el mejor de los mundos posibles. La vida misma le demostrará que aquello no es más que una falacia. Expulsado tempranamente del castillo de  Thunder-ten-tronck en el cual había sido criado y educado, empieza sus peripecias por un camino de desdicha, injusticia y traición. Como a Adán y Eva, se le negó el paraíso para darle por herencia el mundo de los hombres, un reino de injusticia, tozudez y vileza.

Cándido comienza entonces un camino lleno de infortunio en busca de la felicidad y Voltaire inicia junto a él un camino paralelo para demostrar que la especie humana es igual en cualquier época y lugar. Y como buen representante de la ilustración, se vale de todos los medios posibles para demostrar la validez de su hipótesis. Una de sus armas preferidas es la crítica mordaz a las instituciones y pensamientos que considera caducas: la milicia, la iglesia, el optimismo de Leibniz.


El sarcasmo que utiliza es despiadado el mensaje que lanza contundente.

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-¡Ha muerto Cunegunda! Ah, ¿dónde está el mejor de los mundos? ¿Pero de qué enfermedad ha muerto? ¿Acaso fue porque me echaron a patadas del bello castillo de su señor padre?

-De ninguna manera -dijo Pangloss-, los soldados búlgaros la destriparon tras haberla violado repetidas veces; al señor barón, que quería defenderla, le saltaron los sesos de un disparo; con la señora baronesa hicieron varios trozos; a mi pobre pupilo le trataron igual que a su hermana.

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Tras aquel terremoto que había destruido las tres cuartas partes de Lisboa, los sabios del país no habían hallado mejor método para prevenir el desastre total que ofrecerle al pueblo un hermoso auto de fe: la universidad de Coimbra había decidido que el espectáculo de algunas personas quemadas a fuego lento, con el gran ritual al uso, era el remedio infalible para que la tierra no temblase.

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Pangloss contestó de la siguiente manera:

-Querido Cándido, vos conocisteis a Paquita, aquella criada tan guapa de nuestra augusta baronesa; gocé en sus brazos de los placeres del paraíso, que me ocasionan ahora estos tormentos infernales; ella estaba completamente infectada y quizá haya muerto ya a causa de ellos. A Paquita le había hecho tal regalo un fraile franciscano muy sabio, que había investigado su origen, pues a él se lo había contagiado una vieja condesa, que lo había recibido a su vez de un capitán de caballería, que se lo debía a una marquesa, que lo había cogido de un paje, el cual lo había recibido de un jesuita, quien, cuando era novicio, lo había adquirido directamente de uno de los compañeros de Cristóbal Colón. En cuanto a mí, yo no se lo pegaré a nadie, porque me estoy muriendo.

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Luego de un camino lleno de desventuras, Cándido por fin encuentra sosiego. La felicidad tantas veces añorada consiste en alcanzar la paz interior. Es el hombre mismo quien se la puede otorgar a través de los simples actos de disfrutar la vida en su sencillez, aceptar y adaptarse a las vicisitudes que nos ofrece viviendo entre la vileza pero apartándose de ella y cultivar la mente y el alma para alcanzar la quietud.

Un mensaje categórico para coronar una obra soberbia de un autor cuya ironía, sarcasmo y falta de respeto a la autoridad no es otra cosa que una forma de libertad.


Analizar la obra de manera más detallada podría abarcar libros enteros. La riqueza de los personajes, el análisis filosófico de la propuesta, la exactitud histórica. Lo cierto es que se trata de un libro que DEBE ser leído y gracias al cual queda claro que, como decía Fernando Savater en su genial ensayo ‘Voltaire, el primer intelectual’: 


Si, ciertamente: más que nunca, seguimos necesitando a Voltaire.





miércoles, 8 de julio de 2015

Un hombre sin patria (Kurt Vonnegut)


Título: Un hombre Sin Patria
Autor: Kurt Vonnegut
Año: 2005

Kurt Vonnegut es un escritor de culto para una generación de norteamericanos. Su nombre es sinónimo de contracultura, de ser contestatario, de ir contra el establishment; de deconstruír el sueño americano. Vonnegut es un humanista (por lo menos, se define como tal) y tiene un sentido del humor ácido y mordaz y Un Hombre Sin Patria es una colección de columnas, charlas y publicaciones ligeras donde deja claro sus puntos de vista:

Los humanistas procuramos que nuestra conducta sea lo más decente, justa y honrosa que podamos, sin esperar recompensa ni castigo en otra vida. Ni mi hermano ni mi hermana creían que hubiera otra vida. Mis padres y mis abuelos tampoco creían que hubiera otra vida. Estar vivos ya era suficiente para ellos. Los humanistas servimos lo mejor que podemos a la única abstracción con la que estamos familiarizados: nuestra comunidad.

Y es que Kurt Vonnegut, aunque cree en la humanidad, no necesariamente cree que la humanidad valga la pena.

Mark Twain consideraba que la vida era bastante horrible pero mantenía el horror a raya con chistes y todo eso. Al final, sin embargo, ya no podía seguir haciéndolo. Su mujer, su mejor amigo y dos de sus hijas habían muerto. Si vives lo suficiente, se te muere mucha gente cercana.
Y bueno... es el libro de un hombre de 82 años, y luego de haber sobrevivido al bombardeo de la ciudad de Dresde en la Segunda Guerra Mundial (tema de su novela Matadero Cinco) es poca la esperanza que se puede albergar en los demás. Vonnegut denuncia la adicción más peligrosa de la cultura americana (el consumo de los combustibles fósiles), la idea de que el mundo los toma como referencia (de hecho, todo el mundo odia Norteamérica) y sobre todo despotrica a J. W Bush:

Por cierto, hablando de lanzarse a la guerra, ¿saben por que creo que a Geroge Bush le fastidian tanto los árabes? Porque a ellos les debemos el álgebra.

Este es un libro breve de menos de 100 paginas (donde muchas tienen frases a página completa) que se puede leer en una tarde. Siempre vale la pena conocer el pensamiento de un viejo mordaz. No tiene pierde. Vonnegut es un escritor que voy a seguir pues me resulta casi imposible no estar de acuerdo con sus máximas.

La mayor verdad que hay que afrontar ahora (y que probablemente hará que se me considere una persona poco simpática para el resto de mi vida) es que creo que a la gente le importa un pimiento si el planeta aguanta o no. Me da la impresión que todo el mundo vive como viven los miembros de Alcohólicos Anónimos: el día. Y les basta con unos pocos días más. Conozco a muy poca gente que sueñe con un mundo para sus nietos.