viernes, 24 de julio de 2015

¿Por qué no hay socialismo en los EE.UU.? (Werner Sombart)

¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?
Werner Sombart
1906
Traducción: Christine Loffler y Javier Noya Miranda

Es prácticamente imposible encontrar un ser humano maduro intelectualmente que  no tenga una postura definida sobre los Estados Unidos y la influencia de este colosal país sobre el destino del resto de la humanidad.   Las opiniones suelen ser extremadamente opuestas pero son siempre apasionadas y plagadas de argumentos muy elocuentes y en algunos casos demasiado inflamados.

En un caso como este y en cualquier otro, el intento por ofrecer al lector un análisis objetivo, desapasionado e imparcial del tema es, desde ya, una virtud que se debe reconocer y aplaudir. Werner Sombart, economista y sociólogo alemán, definitivamente posee esta virtud y hace gala de ella en este interesante libro.

Partiendo desde una posición marxista, Sombart fue migrando con los años hacia posiciones menos extremas. El dedicar su vida entera al estudio de las grandes tendencias socio económicas lo fue equipando de la objetividad y serenidad que solo alcanzan aquellos que se involucran sin reparos y directamente en la materia de estudio. Su obra “¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?”, publicada en 1906, es sin duda un material de referencia indispensable para entender a la sociedad americana y para encontrar algunas explicaciones del porqué este país ha sido hasta hoy inmune a las fiebres del socialismo y el colectivismo. Padecimientos que han sufrido, prácticamente, todos los demás países del mundo en mayor o menor medida.

Sombart esgrime en su obra un conjunto de razones que responderían esta inquietante pregunta. Algunas de las cuales resultan ser interesantes, desafiantes y hasta turbadoras.

Se empieza con un análisis peculiar de la sociedad y la mentalidad americana.

Si es al éxito al que dirige sus plegarias el americano, su esfuerzo se dirigirá siempre y en todo lugar a llevar una vida acorde con la voluntad de ese dios.

El éxito significa para el norteamericano medio, en primer lugar, llegar a ser rico.

Su máxima fundamental es vivir y dejar vivir.

Para luego analizar despiadadamente a los dos grandes partidos.

… hay que añadir que la maquinaria política está desde hace años en manos de partidos bien acomodados. Por lo tanto, las dificultades para un partido nuevo son dobles…

Se trata de un procedimiento comprobado que los partidos en el gobierno están empleando desde hace muchos años con gran éxito: “desactivar” a los líderes laboralistas otorgándoles un cargo bien remunerado.

Al norteamericano le es insoportable la idea de pertenecer a un partido que sale una y otra vez de las urnas con unas cifras minúsculas de votos…  

Si hace falta, incluso aúnan esfuerzos por un tiempo para poder eliminar a unos competidores atrevidos.

Tienen este monopolio ya que son los grandes partidos y son los grandes partidos, ya que tienen este monopolio.

Es ahora cuando es más clara la falta total de principios de ambos grandes partidos.

…no será posible hoy día encontrar una orientación de clase determinada en los dos grandes partidos de Norteamérica.

Analiza también la estructura estatal que aunque en muchos casos de manera ficticia, refuerza la idea de soberanía del ciudadano.

Es una particularidad del ciudadano norteamericano… el ver en la Constitución de su país una especie de revelación divina…

… la Constitución entera está cimentada en la soberanía del pueblo…

Así nace en cada individuo un sentimiento de poder ilimitado; por muy imaginario que sea, en su conciencia es una realidad indudable.

La mayor parte de las veces, el ciudadano no mueve ni un dedo para eliminar las situaciones de dominio en la vida pública, pero, a pesar de esto, vive en la firme convicción de que con solo desearlo puede ponerle fin.

Para concluir con un análisis del trabajador y su relación con el empresario.

En los Estados Unidos el trabajador tiene subjetivamente el pleno derecho a ufanarse y decir con la cabeza bien alta: civis americanus sum.

El roastbeef y la tarta de manzana acabaron con todas las utopías socialistas.

… el empresario se esforzaba mucho en comportarse de forma educada y amable con el trabajador, ya que en un principio no se disponía de suficiente mano de obra.

Uno de los más brillantes méritos del carácter diplomático del empresario norteamericano es el de mantener de buen humor a sus trabajadores a pesar de toda la explotación real.

Queda mucho más por comentar sobre esta obra, pero considero que lo fundamental es recomendarla. 

Surgirán sin duda las voces que alerten que es una obra de hace más de un siglo atrás y que dudarán por ello de su validez. Considero que esta es más bien una virtud adicional del libro, pues podremos analizar las páginas de una obra que desmenuza con más cernía los orígenes de la sociedad Americana.

El único gran error del autor, es el presagio que deja en el último párrafo de su obra:

Mi visión actual vendría a ser ésta: todos los elementos que hasta hoy han retrasado el desarrollo del socialismo en los Estados Unidos están en vísperas de desaparecer o de convertirse en su contrario, de manera que, según todos los indicios, el socialismo en los Estados Unidos va a tener su auge plenamente en la próxima generación.

Queda claro pues que Sombart fue un gran economista y sociólogo, pero que la previsión del futuro era una materia que no le sonreía.

Más que para leerlo, “¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?” es un gran libro para estudiarlo y analizarlo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario