¿Por qué no hay
socialismo en los Estados Unidos?
Werner Sombart
1906
Werner Sombart
1906
Traducción:
Christine Loffler y Javier Noya Miranda
Es prácticamente
imposible encontrar un ser humano maduro intelectualmente que no tenga
una postura definida sobre los Estados Unidos y la influencia de este colosal
país sobre el destino del resto de la humanidad. Las opiniones
suelen ser extremadamente opuestas pero son siempre apasionadas y plagadas de
argumentos muy elocuentes y en algunos casos demasiado inflamados.
En un caso como
este y en cualquier otro, el intento por ofrecer al lector un análisis
objetivo, desapasionado e imparcial del tema es, desde ya, una virtud que se
debe reconocer y aplaudir. Werner Sombart, economista y sociólogo alemán,
definitivamente posee esta virtud y hace gala de ella en este interesante libro.
Partiendo desde
una posición marxista, Sombart fue migrando con los años hacia posiciones menos
extremas. El dedicar su vida entera al estudio de las grandes tendencias socio
económicas lo fue equipando de la objetividad y serenidad que solo alcanzan
aquellos que se involucran sin reparos y directamente en la materia de estudio.
Su obra “¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?”, publicada en 1906,
es sin duda un material de referencia indispensable para entender a la sociedad
americana y para encontrar algunas explicaciones del porqué este país ha sido
hasta hoy inmune a las fiebres del socialismo y el colectivismo. Padecimientos
que han sufrido, prácticamente, todos los demás países del mundo en mayor o
menor medida.
Sombart esgrime
en su obra un conjunto de razones que responderían esta inquietante pregunta.
Algunas de las cuales resultan ser interesantes, desafiantes y hasta turbadoras.
Se empieza con
un análisis peculiar de la sociedad y la mentalidad americana.
Si es
al éxito al que dirige sus plegarias el americano, su esfuerzo se dirigirá
siempre y en todo lugar a llevar una vida acorde con la voluntad de ese dios.
El
éxito significa para el norteamericano medio, en primer lugar, llegar a ser
rico.
Su
máxima fundamental es vivir y dejar vivir.
Para luego
analizar despiadadamente a los dos grandes partidos.
… hay
que añadir que la maquinaria política está desde hace años en manos de partidos
bien acomodados. Por lo tanto, las dificultades para un partido nuevo son
dobles…
Se
trata de un procedimiento comprobado que los partidos en el gobierno están
empleando desde hace muchos años con gran éxito: “desactivar” a los líderes
laboralistas otorgándoles un cargo bien remunerado.
Al
norteamericano le es insoportable la idea de pertenecer a un partido que sale
una y otra vez de las urnas con unas cifras minúsculas de votos…
Si hace
falta, incluso aúnan esfuerzos por un tiempo para poder eliminar a unos
competidores atrevidos.
Tienen
este monopolio ya que son los grandes partidos y son los grandes partidos, ya
que tienen este monopolio.
Es
ahora cuando es más clara la falta total de principios de ambos grandes
partidos.
…no
será posible hoy día encontrar una orientación de clase determinada en los dos
grandes partidos de Norteamérica.
Analiza también
la estructura estatal que aunque en muchos casos de manera ficticia, refuerza
la idea de soberanía del ciudadano.
Es una
particularidad del ciudadano norteamericano… el ver en la Constitución de su
país una especie de revelación divina…
… la
Constitución entera está cimentada en la soberanía del pueblo…
Así
nace en cada individuo un sentimiento de poder ilimitado; por muy imaginario
que sea, en su conciencia es una realidad indudable.
La
mayor parte de las veces, el ciudadano no mueve ni un dedo para eliminar las
situaciones de dominio en la vida pública, pero, a pesar de esto, vive en la
firme convicción de que con solo desearlo puede ponerle fin.
Para concluir
con un análisis del trabajador y su relación con el empresario.
En los
Estados Unidos el trabajador tiene subjetivamente el pleno derecho a ufanarse y
decir con la cabeza bien alta: civis americanus sum.
El
roastbeef y la tarta de manzana acabaron con todas las utopías socialistas.
… el
empresario se esforzaba mucho en comportarse de forma educada y amable con el
trabajador, ya que en un principio no se disponía de suficiente mano de obra.
Uno de
los más brillantes méritos del carácter diplomático del empresario
norteamericano es el de mantener de buen humor a sus trabajadores a pesar de
toda la explotación real.
Queda mucho más
por comentar sobre esta obra, pero considero que lo fundamental es
recomendarla.
Surgirán sin
duda las voces que alerten que es una obra de hace más de un siglo atrás y que
dudarán por ello de su validez. Considero que esta es más bien una virtud
adicional del libro, pues podremos analizar las páginas de una obra que
desmenuza con más cernía los orígenes de la sociedad Americana.
El único gran
error del autor, es el presagio que deja en el último párrafo de su obra:
Mi
visión actual vendría a ser ésta: todos los elementos que hasta hoy han
retrasado el desarrollo del socialismo en los Estados Unidos están en vísperas
de desaparecer o de convertirse en su contrario, de manera que, según todos los
indicios, el socialismo en los Estados Unidos va a tener su auge plenamente en
la próxima generación.
Queda claro pues
que Sombart fue un gran economista y sociólogo, pero que la previsión del
futuro era una materia que no le sonreía.
Más que para
leerlo, “¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?” es un gran libro
para estudiarlo y analizarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario